Hoy me he dado una escapadita, en este parentesis invernal, que parece darnos el tiempo por estas tierras, por una zona de gran belleza a pesar de su no mucha altura.
Nada más comenzar a subir, ya me encontré la pista cortada por un todavía considerable alud de nieve, que hace unos veinte dias debió ser enorme.
El río, ruidoso, se estrecha lo indecible en la cascada.
Toda la ribera está jalonada de viejas hayas, cubiertas con el manto verde de los más variados musgos.
De los altos riscos laterales bajan numerosos torrentes buscando el río.
También varios aludes deslizados hasta el mismo cauce.
En fin, una bonita caminata que he querido compartir con vosotros, entre castaños, hayas, robres y agua..... ¡ TODO UN LUJO !
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No solo de bonsais vive el hombre.Por la zona donde yo caminé habia bastante niebla ,lo que le daba al bosque un toque mágico.
ResponderEliminarEn efecto, amigo Angel, el hombre no debería vivir jamás de " no solo ...." Es apasionante ser polifacetico y no quedarse solo con una cosa de tantas como nos rodean.
ResponderEliminarSaludos.