Confieso que es mi primer proyecto de Shohin. Mi colección la componen ejemplares más bien de un porte de tamaño grande, pero no por ello soy ajeno al encanto de un árbol reducido a su mínima expresión en cuanto a medidas, que no en cuanto a caracter.
Este pequeño Ligustrum me tiene ilusionado. Lo dejaré tirar con fuerza y en unos meses comenzaré su formación.
La maceta es un regalo de mi amigo Antoce.