Comencé la preparación, desplazándome a una bonita zona boscosa, repleta de musgos de varias alturas de pelo y de distintas tonalidades. Además de recolectar lo que me pareció necesario....luego resultó ser suficiente en exceso.... aproveché para adentrarme bosque arriba y disfrutar de los primeros tonos otoñales.
En otra zona y en un cañaberal que conocía, corté una docena de bambús de un metro de largos, que me servirían como peana (no es fácil conseguir otro tipo para un árbol de tales dimensiones).
Traslado al lugar de maquillaje y a decorar el suelo con el musgo y la lutita de grano fino. He elegido este sustrato decorativo, por la sobriedad de colorido acorde con la corteza del árbol.