Hace ya cerca de tres años, en la linde de una finca con una carretera local, casualmente descubrí un par de ligustrum conformados por numerosos troncos soldados entre si y recortados una y otra vez por las máquinas de limpieza de arcenes de carreteras, motivo por el que su altura no sobrepasaba los 60 cm. Aún creo tener dolorido el hombro de lo que me costó cargar con cada uno de ellos y meterlos en el asiento trasero del coche, uno aquella tarde y el otro al siguiente día.
Este que hoy he trasplantado es el más pequeño de los dos, aunque es cierto que la diferencia aunque notable, no es mucha.
Tras dos años en cajón de madera, este se deterioró tanto que opté por pasar el árbol a una maceta que en ese momento tenía disponible, aunque no era la ideal y además resultaba pequeña. Fué un trasplante forzado de esos que en ocasiones nos vemos forzados a realizar.
Como el árbol de un tiempo acá mostraba síntomas claros de debilitamiento y una pérdida de verdor en las hojas, a pesar de no ser época de trasplantes, me he decidido a hacerlo tratándose de una especie que soporta casi de todo sin mucho problema.
Así es que:
Las reglamentarias mallas en los agujeros de drenaje, las alambres de fijación y manos a la obra.
Suelto las alambres que tenían al amigo fijado a la actual maceta. Como veis no es que se trate precisamente de un "perejil".
Ya fuera de la maceta, peino y recorto las raíces y retiro el sustrato viejo, por cierto una cabellera de raíces de las que nos suelen gustar.
Le sierro un par de centímetros a los tocones de lo que fueron las diversas pivotantes, no parece que sea mucho, pero lo imprescindible para un plantado correcto.
quedando de esta altura y convenientemente plano el cepellón.
Arriba con él y a la nueva maceta.
Del nebari salen unos palos rectos que fueron en la recuperación, raíces externas convertidas en ramas a ras de suelo e incluso recuerdo que acodadas de forma natural y que hay que eliminar. Con el tiempo se trabajarán en shari o se eliminarán en su totalidad. Hoy he decidido dejarles un pequeño muñón..... tiempo habrá.
Una limpieza general y del nebari en particular, consistente primordialmente en eliminar raicillas aéreas y restos secos de detritus metidos entre las cavidades y los huecos entre los distintos troncos.
No está esento de caracter precisamente el Ligustrum.
La parte aérea está densificada en exceso, con numerosos brotes mal colocados y con varias ramas rectas, cruzadas e incluso atravesadas entre los distintos troncos. Todo ello formando una espesura verde que impide la entrada de la luz al interior y por tanto la brotación tan necesaria en las zonas más bajas. Así es que sierra, cóncaba y limpieza general.
El cambio es más que evidente, si lo comparamos con el aspecto inicial.
Una capita de sustrato fino de superficie y está listo el trasplante.
Ahora que descanse un poco y enseguida a alambrar y posicionar las ramas, antes de que se llene de brotes. Que el tiempo vuela, o mejor las estaciones vuelan.
Quiero terminar con esta foto tan expresiva de Feli.
Creo que el caracter del árbol no es para menos.
Y mientras la vida va pasando.........