Hace unos cuatro años, tal vez cinco, así llegó a mi poder este pino. Con buen cultivo y tan solo unas alambres que insinuaban un futuro diseño. Su anterior propietario tal vez pensaba en un principio, formar una masa de verde en capas a la izquierda del tronco. El diseño ya dejaba ver el ápice en la vertical del tronco, también había puesto un tensor a la rama derecha, para acercarla al tronco. El tamaño de las acículas, como se puede apreciar, de una longitud grande como suele ser habitual en los yamadoris.
Llegado el momento de un modelado ya a fondo, y tras haber sido un año antes pasado a maceta, el cambio fue notable. Opté por convertir en jin lo que estaba destinado a la masa verde con mayor protagonismo, y hacer el árbol tan solo con el verde de la derecha. Un jin de gran protagonismo y que armoniza en ángulo con el verde, además de hacer de un bello contrapeso en el conjunto.
Me sentía satisfecho de lo realizado, pero confieso que no era mi pino favorito..... no me terminaba de llenar, por alguna razón no me entusiasmaba.
Un buen día tuve el honor de que me visitase nada menos que Luis Vila, quien tras recorrer mi arboreto me dijo bajito: " Cuida ese pino, es de los mejores árboles que tienes ". Estas palabras dichas por un maestro como Luis, al menos te tienen que hacer pensar, tienen que hacer que te sientes ante el árbol, que lo gires, lo remires y que comiences a verlo con otros ojos.
Así lo hice y aprovechando la estancia en mi casa de Juan Liñares, se lo confié en la seguridad de que ese sería un punto de inflexión en el futuro del árbol, un antes y un después.
Lado derecho
Trasera
Lado izquierdo
Frente
Le gustó también el pino a Juan y enseguida se puso manos a la obra. Mientras diluviaba sobre mi jardín japonés, así es que era aconsejable convertir el porche en taller.
Tras contemplar largamente el árbol, decide bajar considerablemente la primera rama del verde, para lo cual debido a su grosor y al cambio de dirección que se le va a dar, es necesario enrafiar, labor que el maestro realiza con tanta soltura como delicadeza, meticulosidad y perfección.
Yo mientras, me dedico a alambrar las ramas más delgadas, siempre con la revisión por parte de Perla, de que el alambrado va correctamente...... ¡ Cómo no la voy a querer !!!!!
Como los días son cortos, este además frío, la oscuridad nos aconseja buscar otro lugar para terminar el trabajo, de manera que trasladamos los bártulos al garaje y de paso le hacemos compañía a los cachorritos de Perla, que andan dando sus primeros pasitos todavía entre tumbos y lloriqueos.
Ver a Juan trabajar es una pasada. Se abstrae, se evade de lo que le rodea, se acerca, se aleja, se agacha, se levanta. La expresión de su rostro, con un trozo de alambre en la boca y estas fotografías lo dicen todo.
Al final, el trabajo terminado. Queda para otro momento el acortar un jin demasiado recto y largo, así como modelar el de la parte inferior izquierda, jin que le confiere un equilibrio importante al conjunto.
Lado derecho
Parte trasera
Lado izquierdo
Frente