En muchas ocasiones sucede en el mundo del bonsai, que cuanto más simple es la formación y cuanto menos masa de verde acompaña a la madera muerta, mayor es el encanto y la naturalidad del árbol.
Esta pequeña haya, está destinada a ser plantada en la grieta de una gran roca a la que a azotado desde la izquierda el granizo y el fuerte viento, dejando sus efectos en la madera y en las ramas de ese lado. Por esta razón he trasformado su estado inicial con el fin de que vaya adquiriendo su futura formación.
En el próximo otoño le mejoraré un poco el arco que presenta el tronco y le aumentaré la leña seca, cuando me defina claramente la zona por donde alimenta la rama superior.