Cuando comenzaba en este mundo del bonsai, hace tan solo un año y medio, me compré este Retusa que me pareció lo máximo (la verdad es que estaba repleto de hojas brillantes y derrochaba salud y esplendor). Después, lo normal, he ido evolucionando y valorando otras especies y lo he ido postergando, casi olvidando inmerecidamente. Este fin de semana, aprovechando una mano de obra barata (un par de helados)..... me puse a hacerle un desfoliado radical y un trasplante.
Dejé la tijera, con el riesgo de que algún dedín rodase por el suelo, en manos de estos dos fieras que tengo por nietos, y turnandose entre discusiones en las que tuve que mediar de árbitro, me lo fueron deshojando.
Así me lo dejaron. Después yo terminé de cortarle la totalidad de las pequeñas hojitas.Estaba muy castigado por el pasado invierno y sobre todo por el fuerte nordeste que sopla donde vivo. También el sustrato estaba agotado, además de ser una turba corriente sin más.
Pura poesía aplicada al bonsai.
ResponderEliminarMis mejores deseos para ti Y tu familia.