
En la zona baja de este hermoso paraje, en un camino bordeado por unos setos de viejos Ligustrum, me puse a buscar algo que pudiese ser interesante.

Palpé a ciegas entre el ramaje un montón de troncos, hasta que mis manos notaron algo que me emocionó.

Una vez cortado el abundante ramaje y la tupida maleza, quedó al descubierto este viejo y más que interesante ejemplar.

Comencé la recuperación, cabando al rededor y cortando raices pivotantes como mandan los cánones.

Esta será en el futuro su parte trasera.

Es una especie de teja
con un estrecho perfil, es decir, una vena viva y un gran vaciado en la vieja madera.

Con unos detalles y un caracter indudables.

En el lugar que ocupó durante años, dejé tres esquejes que sin duda saldrán adelante y llenarán pronto su hueco.

Una vez labadas las raices y eliminada la tierra, quedaron estas poquitas que serán suficientes en una especie tan resistente.

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