Siempre he sentido una enorme atracción por las piedras, en las que en ocasiones veía o me inspiraban imágenes que algunos otros no apreciaban.
Siempre he tenido esa gran suerte.
Con el paso de los años esa inquietud en estado latente y que se vio acrecentada al sumergirme en el mundo del bonsai, al cual va tan ligada, "sale del armario" y se manifiesta como una gran pasión que me proporciona inmensas satisfacciones y a la que dedico siempre que puedo, largos ratos de lentas caminatas buscando, contemplando, admirando.....
En ocasiones, hay una piedra que encuentra a su dueño y no al revés. Una piedra con unas características especiales de forma, color testura.... etc. Inmediatamente deja de ser "piedra" para convertirse en Suiseki, sin que haya sido midificada su forma o testura en absoluto y tan solo con una mínima limpieza, en las manos del aficionado se convierte en algo con alma, con personalidad propia y rodeado de una cierta espiritualidad.
En una de mis salidas encontré esta que os muestro, en unos acantilados junto al mar y en la que el continuo ir y venir de las olas, a base de golgearla contra otras, fué quitando granito a granito las partes más blandas, hasta dejar tallado este gran oso sentado de espalda sobre la nieve e incorporado sobre sí mismo.
Creo que ambos tuvimos la suerte de encontrarnos en el momento preciso, cuando la Naturaleza dió por terminada su obra. Con el pasar de los días y los meses, tal vez hubiese sido tarde.
Ilusionado me he puesto a construirle su Daiza....... me he puesto a construir mi primera Daiza.
El proceso es el lógico y que secuencialmente reflejo en estas imágenes.
Ahora sí que luce mi Suiseki y bueno.......
Estoy satisfecho de este mi primer trabajo con la madera.
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Y mientras la vida va pasando........
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Para ser el primer trabajo has sacado muy buena nota. Es que el que tiene "mano".....por cierto, la piedra es bastante llamativa, tal vez porque es diferente a todo lo visto hasta ahora, lo cual le da una puntuación aun mayor.
ResponderEliminarLa daiza o el daiza (no se como se dice, pues lo he visto escrito de ambas maneras) muy bonita, algo recargada para mi gusto y yo le pondría un tono mas oscuro al tinte (caoba, p. ej.). De todas maneras, precioso el conjunto.
Un abrazo.
Gracias, Martín.-
ResponderEliminarTomo nota de tu opinión sobre el color. En cuanto al dibujo, la verdad es que no fué algo predeterminado, lo que pasa es que la madera es tan bonita de trabajar, que te vas metiendo y disfrutas con ello.
Un abrazo.
Ta too muy guapu. Un pelin claruxu como diz martin, pero seguro que quedaste muy agusto que ye lo importante.
ResponderEliminarUn abrazu.
Hola Yoyo ¿ seguro que nunca antes habías trabajado la madera ? La verdad es que el acabado que has conseguido, independientmente de la opinión vertida por los compañeros, no parece de un novel en el arte de la talla. Me ha gustado mucho, deberías continuar por esa linea, que yo sé que tienes más piedras ¡ que te están pidiendo sus respectivas daizas !.
ResponderEliminarAl final voy a ir al Nacional el sábado. Si nos vemos ya tendremos tiempo de charlar y comentar algo sobre los espinos. Me gustaría que coincidiésemos.
Un gran abrazo.
Juan Liñares
Tomo nota de eso de "claruxu". El próximo que tá en forno, va ser más oscurucu.
ResponderEliminarPor nada del mundo quiero que no os guste al amigoMartín y a ti.
Un abrazo.
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Pues seguro que no, amigo Juan. El acabado podría y debería haber sido mejor, pero como que me di por satisfecho. En los sucesivos me exigiré más.
Claro que coincidiremos en el Nacional.
Un abrazo.
Si ya el "oso" parece estar enmarcado mediante un mineral blanco de forma asombrosa (como hecho a propósito), no es menos cierto que la daiza, tu primera daiza, lo enmarca (al suiseki)en un marco lleno de finísimos detalles.
ResponderEliminarVamos, que te ha quedado chulísima.
Coincido sin embargo en lo del color comentado ya tanto por Martín como por Angel aunque, por tratarse de la primera, poco importa ya el color, puesto que se adivinan unas maneras que... nos va a dejar asombrados a más de uno a medida que las daizas se sucedan.
Un abrazo.
La verdad, amigo Alberto, es que cuando nos encontramos la piedra y yo, para mi fué asombroso el ver esta figura tan definida. El oso me pareció verle sonreir tambien..... jejej
ResponderEliminarUn abrazo.