Por suerte el porche es amplio para albergar a los más delicados, así como macetas del jardín, sillas ....... etc.
El arboreto, aún en construcción, ha quedado como Fonseca..... triste y solo. Bueno, semisolo, en él han quedado un par de sabinas que por su peso resultan casi inamovibles y un ligustrum, también de gran peso y que aguantarán los envites del viento sin problemas.
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