Rama de Boj para sentir el día
que te crece en el cielo de la mano.
Rama de Boj, rincón de la dulzura.
Rama de Boj para tus brazos lentos,
para tu boca y su doliente signo.
Rama de Boj que miran los enfermos
desde el verde reflejo de su cara,
mientras la vida de sus dedos huye
y comienza el camino de las alas.
Rama de Boj, destello para el pobre,
agua de los humildes detenida,
el corazón te busca, compañera
del azahar, el pájaro y la hormiga.
En los jardines de un mitad caserón, mitad palacio, que data de más de 200 años vi a la entrada unos altos setos podados perfectamente en forma rectangular. Hace unos meses detuve el coche un día y anduve revisando sus troncos y sus detalles de vejez.... ¡Impresionantes!
Hablé con el dueño (un señor ya nonagenario pero muy amable y muy lúcido), quien me dijo con nostalgia que cuando niño jugaba entre aquellos boj grandes ya. Parece lógico que fuesen plantados al terminar la construcción y hacer los jardines. Me permitió arrancar uno donde no dejase un claro muy llamativo y así lo hice. A la hora ya estaba en el maletero.
Buenas raices.... incluso demasiadas.
Elimino una gran parte de ellas, dejando tan solo las que me parecen necesarias y suficientes.
Le planto en una maceta de plástico ( me traje varias de Lorca ), que de momento le irá como anillo al dedo.
Seguramente innecesarias en una especie tan resistente como esta y además con buenas raices, pero le he puesto unas hormonas en polvo, que no vendrán mal.
No se puede dudar que el porte es considerable.
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