Resultó ser gatita y mi nieta la bautizó como Blanquita.
Ningún problema con ella, salvo algunas llamadas al orden por subirse encima del coche o por colarse dentro de casa al mínimo descuido.
Cazadora habilisima, nos ha dejado en el porche ratones, topos, pajarillos, e incluso en una ocasión atrapó una urraca que despistada y confiada andaba picoteando en su comedero.
Hasta aquí, todo bien y la convivencia hombre-animal...... correcta.
Pero de un tiempo a esta parte y fruto de su irrefrenable instinto felino y cazador, afila sus uñas en las rugosas cortezas de mis bonsais o mis yamadoris, o bien trepa sobre alguno para acceder a lugares más altos, con el riesgo de romperles alguna ramita o de volcar la maceta.
Creo que no hay otra solución que desprenderme de ella ( con dolor...... mucho ) y quedarme tan solo con Puca, mi linda y cariñosisima perrita.
Puca ademas "pasa" de trabajarme los árboles.
................ y mientras, la vida va pasando.
Hola Yoyo:
ResponderEliminarQuiero que sepas que siento mucho que tengas que desacerté de Blanquita.
saludos